Por Leonardo Sierra lsierrah @ucentral.edu.co
Pondré mi oído en la piedra hasta que hable es un relato lleno de aspectos destacados, trascendentales y relevantes históricamente hablando. La combinación de una trama cautivadora y un contexto histórico fascinante hacen de esta obra una experiencia de lectura enriquecedora.
William Ospina nació en Padua, Colombia, en 1954. Es un escritor y poeta con una destacada trayectoria literaria. Graduado en Filosofía y Letras, Ospina ha sido reconocido por su capacidad para tejer narrativas fascinantes con profundidad histórica y reflexiones filosóficas. Su obra Pondré mi oído en la piedra hasta que hable es un ejemplo destacado de su talento para combinar ficción y contexto histórico.
La trama
Pondré mi oído en la piedra hasta que hable nos sumerge en una cautivadora historia ambientada en una época pasada. La trama se desarrolla en Colombia durante el siglo XIX, un período histórico marcado por profundos cambios políticos y sociales en el país que apenas daba sus primeros pasos convertidos en república independiente.
“Humboldt es otro de los nombres del mundo, y es esencialmente inabarcable”, un hombre inquieto y curioso que viajó por nuestras tierras en busca de su teoría de las plantas. Este viaje se convierte en una exploración tanto interna como externa, donde Humboldt se enfrenta a la belleza y la crueldad de la naturaleza, así como a los encuentros con diversos personajes que le ofrecen una visión más profunda de sí mismo y de la humanidad.
Los protagonistas
El 14 de marzo de 1801 Humboldt y Bonpland dejaron cuba, con rumbo a Panamá, pero el destino, en forma de mal tiempo, les condujo a Cartagena de indias; tras diez días de navegación, atracaron cerca de la desembocadura del Río Sinú en la bahía de Cispatá. Con la llegada a la Nueva Granada, Humboldt empezó a consolidar su teoría de la geografía de las plantas, es decir, que en el trópico el ciclo de la naturaleza no depende de las estaciones, sino de los pisos térmicos.
El contexto histórico de la época
El siglo XIX en Colombia fue un período de gran efervescencia política y social. Durante este tiempo, el país se enfrentó a una serie de conflictos internos y luchas por la independencia, lo que marcó una etapa de transición y cambios significativos.
En 1810, Colombia declaró su independencia de España, y comenzó un proceso de construcción de una nación libre y soberana. Sin embargo, este proceso estuvo marcado por enfrentamientos entre distintas facciones políticas y tensiones sociales. La esclavitud era una práctica común en algunas regiones, y las luchas por la tierra y los recursos naturales también generaron conflictos.
En el contexto histórico de la novela, la región de la Nueva Granada representa una tierra inexplorada y misteriosa, llena de peligros y maravillas. Los viajes hacia esta región eran difíciles y riesgosos, lo que añade un sentido de aventura y descubrimiento a la historia de Humboldt y Bonpland, compañeros de lucha del Libertador Simón Bolívar.
Temas y reflexiones
La novela de William Ospina aborda una serie de temas universales que resuenan en el lector. Uno de los temas principales es la búsqueda de la identidad y el sentido de pertenencia. A través de la travesía de Humboldt y Bonpland, el lector se embarca en una reflexión sobre la importancia de conocer nuestras raíces y cómo el pasado moldea nuestra visión del presente.
Además, la novela explora la relación entre el ser humano y la naturaleza. La inmensidad y la belleza del territorio nacional se presentan como un reflejo de la vastedad interior del ser humano, y cómo la conexión con la naturaleza puede llevar a un mayor entendimiento de uno mismo y del mundo que nos rodea.
Estilo literario
En Pondré mi oído en la piedra hasta que hable William Ospina demuestra su maestría literaria, su prosa poética y evocadora transporta al lector a paisajes exuberantes y momentos históricos clave. La habilidad del autor para combinar la ficción con un contexto histórico profundo es admirable y enriquecedora.
Pondré mi oído en la piedra hasta que hable es una novela fascinante que ofrece una mirada profunda a la historia de Colombia y a la búsqueda de la identidad humana. William Ospina cautiva al lector con su narrativa envolvente y personajes memorables. Esta obra es un testimonio del talento del autor y una lectura imprescindible para aquellos que deseen sumergirse en un relato que entrelaza la historia con la exploración del alma humana.Además de Pondré mi oído en la piedra hasta que hable, William Ospina ha escrito otros títulos destacados como Guayacal, El año del verano que nunca llegó, Ursía, En busca de la Colombia perdida y otras cantidad de obras que vislumbran el conocimiento y el interés del autor por las raíces de sus tierras, sus orígenes y sus sucesos históricos que mezcla sabiamente con ficciones realistas de ensueño. Aunque tener conocimientos sobre el contexto histórico de Colombia puede enriquecer la experiencia de lectura, la novela se sostiene por sí misma como una cautivadora historia de aventuras y reflexiones.
Nota:
Este libro fue una de mis adquisiciones en la Feria Internacional del Libro de Bogotá el pasado mes de abril, sin duda la lectura de la historia desconocida trae una fascinación emocionante. ¡Cuántos hombres y mujeres que ofrendaron sus conocimientos, virtudes, saberes, ideas, fuerzas e incluso vidas se han quedado en el anonimato, o sus nombres han sido archivados en los anaqueles de la historia que ya nadie escudriña! Por fortuna el mundo cuenta con plumas y entes brillantes como la del autor citado acá, para permitir que aquellos personajes, escritores de la historia de nuestra nación, salgan a la luz y se les reconozca su osadía y valentía.
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