Por Sebastián Arias
La ley 2354 de 2024 tiene como fin regular el uso de los cigarrillos electrónicos y vapeadores en el territorio nacional, puesto que hoy en día el vapear, se ha convertido en una práctica común y más aún en un ambiente universitario. Desde el pasado 15 de mayo fue aprobada por el Congreso y tuvo la sanción presidencial.
En el primer artículo de la ley menciona: “Contribuir a garantizar los derechos a la salud de los habitantes del territorio nacional, especialmente la de los menores de 18 años de edad y la población no fumadora, regulando el consumo, venta, publicidad y promoción de los cigarrillos, productos de tabaco”.
Según un estudio realizado por la Universidad Manuela Beltrán (2024), los jóvenes son los principales afectados con el tema del vapeo: se identificó que 43% de muchachos entre 18 y 36 años han utilizado alguna vez cigarrillos electrónicos o vapeadores, el 54% dijo que no y al 3% le genera curiosidad hacerlo.
¿Qué tan cierto es esto del vaper?
¿Los vaporizadores sirven para dejar de fumar? La respuesta es negativa, pues aunque se creó con el fin de ser un alternativa para dejar de fumar, se terminó convirtiendo en una nueva adicción más que en un tratamiento efectivo para alejar a las persona de los cigarrillos comunes.
¿Las vapers cuentan con nicotina? Es cierto pero parcialmente, puesto que no todos los vapers o cigarrillos electrónicos cuentan con nicotina; sin embargo, la gran mayoría sí lo hace, y el efecto tóxico que tienen estos productos pueden afectar el sistema nervioso, esquelético, respiratorio, gastrointestinal, metabólico y cerebral.
¿Vapear es menos tóxico que fumar? La realidad es que estos productos son igual de peligrosos, podríamos decir que solo cambia la presentación; en un estudio realizado por College London, se analizó la saliva y orina de consumidores de vapers y cigarrillos, y se evidenció que los niveles de nicotina eran similares.
¿El vapeo produce cáncer? Esto es completamente cierto, pues varios componentes de los vapeadores, como glicerol y propilenglicol, a altas temperaturas llegan a ser cancerígenos, específicamente puede producir cáncer en la boca, pulmones y garganta; tiene componentes propios del tabaco convencional.
El vaper en múltiples escenarios
Las circunstancias en las que se puede empezar a vapear, varían para cada persona. William Fuquen, periodista de Concéntrica Medios, mencionó que lo probó por primera vez en el colegio, a la edad aproximada de 16 años, y cuenta que no fue por presión social, sino por curiosidad, además lo siguió realizando durante 6 meses hasta que el vaper se dañó.
Jose Escobar, locutor y director de Noches de Película, aclaró que lo probó a la edad de 38 años; desde un buen tiempo atrás tenía las ganas de comprarlo; sin embargo, no fue hasta que una conocida se lo ofreció; lo usó durante un mes, hasta que le irritó la garganta, creando llagas dentro sus cachetes, y decidió dejarlo.
Zoe Puentes, publicista de Concéntrika Medios, mencionó que su primer y único acercamiento al vapeo fue por una clase de fotografía que tuvo en la Universidad, en la que lo fumó para generar humo dentro de la foto que estaba realizando; no obstante, prefiere no volver a fumar puesto que le pareció rico y adictivo.
Juan Diego Ospina, estudiante de medicina de la Universidad Corpas, desde los 17 años fumó vaper continuamente, debido a que su círculo social de amigos lo incitó a realizarlo, pues aunque ya no lo hace constantemente, no se niega a fumarlo en ocasiones específicas.
La voz de un experto
Los estudiantes universitarios somos propensos a estar en espacios en donde el consumo de vaper puede llegar a ser común, y de igual forma, en un lugar que puede ser el primer acercamiento al vapeo para los jóvenes; el psicólogo clínico Carlos Henao brindó recomendaciones para saber actuar ante estas situaciones:
“Infórmate sobre los riesgos y efectos a largo plazo del vapeo, incluyendo la adicción a la nicotina. Si decides probar el vapeo, establece reglas claras para ti mismo, como no usarlo más de una vez al día. Busca otras maneras de manejar el estrés o la ansiedad, como el ejercicio, la meditación”.
Además, añadió: “Rodéate de personas que apoyen tu decisión de no vapear. Evita situaciones sociales donde el vapeo sea común. Si sientes que el vapeo está empezando a controlar tu vida, no dudes en buscar ayuda profesional. Participa en programas educativos en tu escuela que abordan los peligros del vapeo”.
Desde nuestro rol como universitarios, en gran parte de los casos, estamos en la etapa de querer experimentar, sentir sensaciones nuevas, realizar cosas peligrosas; no obstante, no dejemos que eso nos lleve a ser dependientes de alguna sustancia. Si lo llega a probar, sea consciente de cómo consumir responsablemente.
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