¿Cómo afectan las tendencias comerciales y culturales a la infancia?

Michel Dayan León Méndez

La infancia, esa etapa crucial en la formación de individuos, se ve constantemente moldeada por las corrientes comerciales y culturales que definen la sociedad en la que crecen. Estas tendencias, ya sean en publicidad, cultura popular o tecnología, pueden tener grandes consecuencias en el desarrollo físico, emocional y social de los niños. En este ensayo, exploraremos cómo estas tendencias impactan la infancia y destacaremos la importancia de abordar este fenómeno de manera consciente y responsable.

A pesar de que la evolución de las tecnologías es un gran avance para la humanidad y aporta facilidad en la vida cotidiana, el mal uso de estas ha generado grandes consecuencias en el desarrollo psicomotor de los infantes, provocando problemas en distintas áreas, tales como: la cognitiva del cerebro, la interacción social y emocional, la salud física, hábitos y estilos de vida. Estos problemas se han normalizado, y no se ha reconocido completamente su trascendencia en la vida de los niños.

Principalmente, la implementación de aparatos tecnológicos a una edad prematura, donde los padres permiten el uso ilimitado de computadoras, tabletas, celulares y demás con el fin de generar una distracción en el infante. Esta práctica constante genera una hiperestimulación en los niños debido a que se desarrolla más el área conectiva perceptiva del cerebro, pero disminuye los procesos simbólicos. Esto quiere decir que los chicos, acostumbrados a mirar imágenes, luego se les dificulta más imaginar, inventar y crear. A su vez, en el colegio, se les da mayor visibilidad a las consecuencias del empleo excesivo de estos aparatos. Estos niños están en constante movimiento debido al aburrimiento que se genera. Además, presentan dificultades en la lectoescritura debido a la costumbre de la visualización de imágenes de colores y sonidos, asimismo se manifiesta en el lenguaje, un gran porcentaje de niños presentan retrasos y problemas al hablar, porque en vez de fortalecer esta habilidad pasan gran parte del día frente a una pantalla sin generar un pensamiento o una palabra. Estas consecuencias las afirma Lyda Mendez Rozo docente de prescolar,” Los niños y las niñas deben ser regulados en el uso de los aparatos tecnológicos ya que remplazan la interacción con sus pares, que es parte fundamental de desarrollo de la personalidad y la socialización y carácter ante diferentes situaciones cotidianas, y la parte de lenguaje  se ve disminuido su lenguaje y déficit de atención y se ve la necesidad de trabajar con terapias para lograr en desarrollo.”

Por otro lado, el mal uso continuo de aparatos tecnológicos, especialmente entre la población infantil, conlleva una serie de afectaciones significativas para la salud. Uno de los impactos más preocupantes se observa en la salud visual. La exposición prolongada a pantallas de dispositivos electrónicos puede contribuir al desarrollo de problemas oculares, como la fatiga visual, el síndrome del ojo seco y el aumento de la miopía en edades tempranas. Además, la postura inadecuada adoptada durante el uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles y tabletas, puede dar lugar a trastornos musculoesqueléticos, afectando la espalda, el cuello y los hombros de los niños. Estos problemas, a menudo derivados de largas horas frente a las pantallas, pueden tener consecuencias a largo plazo en la salud física y el bienestar general de los niños. Estas afectaciones físicas son muy arraigadas a la adicción y son síntomas del uso excesivo de aparatos tecnológicos, afirmado por un estudio realizado por investigadores de la Maestría en Fisioterapia de la Universidad de La Sabana donde explican que los niños y adolescentes con dolor y problemas de sueño muestran niveles más altos de dependencia al celular, un patrón que aumenta con la edad y es más común en las mujeres que en los hombres. Además, aquellos con mayor dependencia al móvil tienden a ser más sedentarios, lo que los coloca en mayor riesgo de enfermedades no transmisibles como obesidad, depresión y trastornos de ansiedad.

Para finalizar a cultura popular, en forma de películas, programas de televisión y videojuegos, desempeña un papel crucial en la formación de la identidad y la percepción del mundo en los niños. Las tendencias en estos medios pueden influir en la forma en que los niños se relacionan entre sí, en cómo perciben la diversidad y en sus valores fundamentales. La exposición a contenido inapropiado o estereotipado puede afectar negativamente el desarrollo emocional y social, fomentado una normalización de temas delicados que no están acordes a la edad como lo es la “sexualidad”.

En conclusión, el impacto de las tendencias comerciales y culturales en la infancia es innegable. Si bien estas influencias pueden ser inevitables en el mundo moderno, la conciencia y la acción son clave para mitigar los efectos negativos. Padres, docentes y la sociedad deben trabajar en conjunto para proporcionar un entorno que fomente un desarrollo saludable y equilibrado en los niños, protegiéndolos de influencias perjudiciales y cultivando límites para el buen empleo de estas herramientas, creando un balance y evolucionando de manera positiva con las dinámicas del mundo.

Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.

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