Por Jorge Andrés Caro Rodríguez
Señorita Eva White, oírla a usted actuar en aquella obra teatral que tenía como título su nombre, la cual era escrita y dirigida por el maestro Victor Hugo Ruíz, hizo que a mí me volviera la musa de la inspiración para querer escribir las más hermosas canciones pensadas para que usted cante con su melodiosa voz.
Esa musa de la que le hablo me llegó cuando la oí a usted, mi querida Canario de Colombia, cantar las canciones de la guarachera de Cuba, Celia Cruz, allí mi alma se llenó de felicidad y de inspiración para querer escribir canciones tal y como lo hacía mi ídolo del cine musical, Howard Ashman, quien creo la forma de narrar una historia por medio de estrofas de canciones rompiendo así la forma tradicional de usar diálogos para que las tramas de las historias pudieran avanzar.
Es evidente que para los proyectos personales que yo tengo pensado hacer, usted será como mi Jodi Benson colombiana; si de pronto usted no sabe quién fue Jodi Benson, déjeme decirle que ella fue la actriz encargada de darle vida al personaje de Ariel en la sirenita por medio del canto narrativo.
Así mismo cabe señalar que esa inspiración de la que le hablo a usted, señorita Eva White, se despertó dentro de mí durante lo que fue el clímax de aquella obra teatral cuando empezó a cantar “Ríe y llora”; esa emoción yo no la sentía desde que vi por la plataforma de Disney Plus la historia del compositor Howard Ashman, quien junto a Alan Menken, fueron encargados de musicalizar las películas infantiles de: La sirenita, Aladdín o La bella y la bestia, las cuales fueron piezas audiovisuales producidas para la compañía Walt Disney.
Aunque las canciones que interpretaba usted, señorita Eva White, no eran scores, que es la forma en como se le conoce al tipo de canciones que son compuestas de manera exclusiva para una obra musical, aún así, destaco su actuación, la temática de la locura y la música retro que ambientaba las escenas de la obra, la cual generó mariposas en el estómago, las mismas que querían que me fuera volando con usted agarrados de la mano, como si tuviéramos polvillo de hada; para así poder escapar de aquella especie de Casa de Asterion en la que usted se encontraba encerrada por su supuesta locura.
Una vez yo la hubiera liberado a usted mí querida canario, podré ahora si llevar a cabo mis proyectos personales de querer hacer audiolibros musicales pensados para el público infantil y juvenil, en los cuales usted dará vida a los personajes por medio del histrionismo y de su hermoso canto de Sirenita.
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Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.