Crónica De Una Identidad

Por María Alejandra Montenegro Garavito

mmontenegrog1@ucentral.edu.co

Cada uno tiene un inicio, algunos más felices que otros. 

Sin embargo, hoy no es mi turno, pues prefiero contar el de mi héroe y uno de los amores de mi vida. 

Él, con 8 años, salió de su casa y no con una maleta llena de sueños porque ni eso llevaba, solo una muda de ropa dentro de una bolsa. Solo me pregunto, ¿cómo un niño a tan corta edad puede tomar semejante decisión?

A lo mejor esto era un indicio de lo complicada que iba a ser su vida, pues eso de tener familia no era un gusto que se podía dar, puesto que aún no conoce el nombre de su padre, pues su madre nunca comentó nada sobre él. 

Cuando él se fue de la casa debido al maltrato que recibía de su mamá, a causa tal vez con un poco de rencor que tenía ella con su progenitor,  ya que mientras teníamos aquella conversación profunda e íntima por medio de un celular y separados por más o menos 70 kilómetros de distancia, él hacía énfasis es esto, dejando claro que ella vivía como muy “malgeniada” por eso.

María Montengro junto a su ser querido / Crédito: María Montengro

Quiero insistir en aquello de la familia, pues durante sus primeros años y hasta los 40 años solo conocía dos personas con su apellido y ellas eran Carmen y Bárbara Montenegro, un par de hermanas que llegaron desde Boyacá dejando atrás a sus 12 hermanos. Ellas buscaban oportunidades en Bogotá; sin embargo, ambas eran adolescentes; esto podría explicar un poco eso que podríamos llamar el instinto de salir del nido tan temprano.

Durante aquella charla percibí que  su tono cambió. Sentí su respiración acelerada, y lo comprendí. Estaba allí, su nieta, su objeto de admiración tras el pequeño aparato. No podía contar aquellos días que suponen una carga en su corazón y consciencia. No podía arriesgar a su pequeña y perder su amor por el pasado. Prefería enterrar aquel pretérito, antes que manchar su presente.

Ahora sé que prefirió omitir muchas cosas de su vida y como él me lo pidió para que no opacaran lo bueno y supongo que aquel respeto que nos tenemos.

Por otro lado, mientras conversábamos le pregunté por sus amores, por supuesto que era algo que no debía omitir y contestó muy seguro que nunca ha sido mujeriego, y que en su vida solo tuvo dos grandes amores, la primera con la que vivió un par de años y a quien le ayudó a criar dos  hijos, y su segundo amor, Marlen, mi abuela, con quien ahora vive en un pueblo muy cerca de Bogotá en Fusagasugá y donde ahora comparten muy tranquilos acompañados de una chihuahua, llamada Lupe; Pecas, una perra criolla, y Roberta, una lora que es más vieja que la casa en la que ahora viven. Mis abuelos están juntos hace 50 años y de ese amor nace otro gran amor de mi vida, mi papá, quien por cierto es hijo único, como yo.

Algo que me causa curiosidad es esa similitud en los nombres de los Montenegro, pero solo de lo que yo conozco, pues mi abuelo es Luis Alejandro y mi papá también, en mi caso yo comparto el segundo nombre y, como lo percibo, es una forma de llevar conmigo siempre su legado. 

Solo hace falta ver las fotos para comprender como un ser humano puede modificar al otro solo con amor. Me siento muy afortunada de poder ser testigo de esas nuevas sonrisas que se ven reflejadas en aquellos registros que existen desde mi nacimiento.

Ahora que escucho narrar su historia solo puedo pensar en todo lo que ha logrado, porque aunque nada más haya estudiado tres años de primaria, eso nunca fue un impedimento para él, ya que hasta viajó a Alemania a enriquecer esos conocimientos que empíricamente fue formando.

Cuando ya estábamos por terminar nuestra tan profunda charla él termina con esa frase que se menciona como muestra de superación, pero que para mí como su nieta que siempre lo ha visto muy estable y fuerte como un roble, igual me hace ser consciente de que como él lo dijo “La vida de su abuelito ha sido muy dura”.

Tanto, como para mí será el día que él ya no esté aquí conmigo, pero siempre lo recordaré como ese gran ejemplo de superación y valentía.

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Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.

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